No hay duda. Los demonios
que habitan en mi ser
cuentan con tres armonios
infernales. Yacer
o estar de pie es lo mismo:
sorben de mis entrañas
los jugos. Animismo
sincrético: las cañas
del fondo del hogar
paterno fueron quenas
mal temperadas, lar
de la discordia. Penas
que me inflige el pasado:
ser zafio y delicado.
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