Me arrebataste el gorro
esa vez que viniste
a verme. Nadie juega
al ladrón si no quiere
ser castigado en broma
o sexualmente. Luego
te pudo la locura
de a la nada rogar
mediante un largo ayuno
que me afectó. Jugaste
a volver a ser niña,
pecadora después.
Yo me di como soy.
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