¿Volveré alguna vez
a oír tu voz? Estamos
separados por siglos
de desamor, recelos
y una lenta agonía
llamada nada o mal.
¿Quién morirá primero,
Peile amiga? (La luna
compone el epitafio
de un destino incesante
y retorna hacia costas
graves como tu voz,
impiadoso relente,
dadora de poemas.)
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