Fumo para mirar
la nada que disloca
los anaqueles pulcros
que guardan la serena
alegría de libros
que --universo de cientos,
quizá miles de autores
que paladeé, recientes
o ya muertos-- compré
por lustros. Una nada
que las negras noticias
les vierten. Dónde estoy.
Estoy en la Catástrofe.
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