Libro desvencijado,
destartalado, que
venís de los setentas,
¿tendrás que nuevamente
ocultarte? ¿Tendremos
que enterrarte --¡las bolsas
en el jardín!-- y huir,
tendremos que llorar
una vez más? La noche
anota las palabras
que los muertos le dictan.
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