Titila el router. Luces
verdes, rectangulares
me hacen caer de bruces
en lo real. Ijares
se espantan de consuno
ante la sincronía
que los cables --¡ayuno!--
dictaminan. La mía
es fuente de jaguares
que, ante los socavones
del cemento, padecen
en silencio: molares
del glifosato. Drones
pasan. Que me atraviesen.
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