Aquí no hay nadie. No hay
fantasmas en la costa.
Sólo mi perro y yo,
usufructuando el aire.
Pero ya ven, los tristes
luchan por que el pasado
se eternice: murmuro
"agua de pie" a la nada
y procedo a escribir
el poema de siempre.
Como pasan las motos así pasan los años: uno tras otro. Pero las motos se repiten, los años no. La mente se esfuerza en encontrar sími...
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