No tengo tema así
que escribo lo primero
que me venga al marote
mientras la madrugada
me ofrece nada más
que un silencio cortado
por esas tercas motos
que hacia el este se alejan
llevando a un gil. La luna
se afila como lenta
punta de lanza. Nadie
piensa en mí. No me importa.
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