Armo mi cigarrito
en soledad. Según
quien se entregue a tal rito
por áhi padezca algún
dolorcito. Yo no.
Yo no me engaño. No hay
ni siquiera un tangó
en mi pecho. Achalay
se llama mi estar solo,
tranquilo con mi ser
y con mi parecer.
(Solito no me embolo
con nadie: no hay gurisa
que me obligue a ir a misa.)
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