Vendrán años peores.
Más todavía. El cáncer
capaz me muerda. A mí
o a alguien maravilloso
a quien aún ame. El mundo,
cada vez más en llamas,
se nos irá perdiendo
a todos. Por ahora
escucho a Hilda, escribo,
aunque nada perdure
por mucho tiempo: ruinas
dejaré, estás dejando.
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